Científicos alemanes no hallaron hoy, lunes 6 de junio, restos de la bacteria E.coli en una granja de verduras orgánicas que se cree es la fuente del brote que ha matado a 22 personas, pero dijeron que esto no implica que sus sospechas fueran erróneas.
Aunque las primeras pruebas de laboratorio en los brotes germinados de la granja fueron negativos, los responsables dicen que no les sorprende porque cualquier producto contaminado podría haber sido distribuido hace tiempo.
«Esta es una pista importante y estamos rastreándola enérgicamente», dijo la ministra de Agricultura federal, Ilse Aigner, en Berlín el lunes después de que el ministerio de Agricultura del estado de Baja Sajonia dijera que 23 muestras analizadas hasta el momento habían dado negativo.
Aigner repitió las advertencias a los consumidores de evitar los brotes germinados, pepinos, tomates y ensaladas.
En Bienenbuettel, el jefe de la plantación alemana dijo que no podía comprender cómo podía ser la fuente de una infección que a menudo se transmite a través de heces, o comida o agua contaminada con la bacteria fecal.
La toxina Shinga, que produce la cepa de E.coli hallada en el brote, es conocida por esconderse en los intestinos de las vacas.
«No puedo entender cómo los procesos que tenemos aquí y las acusaciones podrían encajar», dijo Klaus Verbeck, director ejecutivo de la «Gaertnerhof Bienenbuettel», al periódico Neue Osnabruecker Zeitung.
«Los brotes de ensalada crecen sólo a partir de semillas y agua, y no se fertilizan en absoluto. Tampoco se utiliza ningún fertilizante animal en otras zonas de la granja», agregó.
Los científicos creen que ahora están en la pista correcta. Una serie de las víctimas están relacionadas con restaurantes que habían recibido suministros de la granja de Bienenbuettel.
ALIVIO Y PRECAUCION
El alivio en Alemania porque investigadores hallaran una posible fuente de la letal bacteria -irónicamente en los brotes germinados, que muchos consumen como «comida sana»- fue tamizado por el tono cauto del ministerio, y la información de las pérdidas de los agricultores y minoristas en toda Europa por las tres semanas de pánico.
Los científicos dicen que la contaminación puede estar en el interior o en contacto con las propias semillas, en el agua usada para su cultivo, o proceder de un trabajador que los ha manipulado.
En Bruselas, la Comisión Europea dijo que celebraría una reunión especial de los ministros de Agricultura en Luxemburgo el martes. Una fuente de la UE dijo a Reuters que los ministros abordarían ayuda financiera a los productores de frutas y verduras afectados por la crisis del E.coli.
Las autoridades alemanas dijeron el domingo que los productos de la granja podrían estar detrás del brote de E.coli que enfermó a más de 2.300 personas en 12 países. La instalación fue cerrada y sus productos retirados.
Todos ellos habían viajado al norte de Alemania. Muchos de los infectados han desarrollado el síndrome urémico hemolítico (HUS, por su sigla en inglés), una complicación potencialmente mortal que ataca los riñones.
Ni Verbeck, un vegetariano, ni nadie de la plantación quisieron hablar el lunes a periodistas y equipos de televisión, entre ellos Reuters, que esperaban frente a la granja, situada en una localidad rural de 6.600 habitantes unos 70 kilómetros al sur de Hamburgo.
Las autoridades alemanas han advertido a los consumidores durante semanas que eviten los tomates, pepinos y lechugas, y en un momento dado dijeron que pepinos españoles podrían ser el origen del brote.
La rara variante de E.coli ha matado a 21 alemanes y a un sueco.
Aigner dijo en su rueda de prensa que la posibilidad de que las semillas contaminadas provengan del extranjero también se ha incluido en la investigación
RELACIONES TENSAS
En Ginebra, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que esperaba más información del Instituto Robert Koch, el organismo alemán para el control de enfermedades.
«La asociación con productos frescos contaminados parece el culpable, con mayor probabilidad, pero seguimos considerando un amplio rango de posibilidades», dijo Claudia Stein, directora de información, pruebas, investigación e innovación de la oficina europea de la OMS.
La emergencia sanitaria ha tensado las relaciones entre España y Alemania y llevó al primer ministro ruso, Vladimir Putin, a decir que no «envenenaría» a sus ciudadanos levantando un embargo sobre importaciones de frutas y verduras de la UE.
Los brotes crudos son populares entre los alemanes y a menudo se mezclan en ensaladas o se añaden a los sándwiches.
«Nadie quiere nada con brotes germinados hoy», dijo Constanze Voelmy, que entrega ensaladas y sándwiches a oficinas en un barrio de Berlín. «No ponemos brotes germinados a nada. Casi nadie quiere comer ensalada ahora», añadió.
Los agricultores españoles dicen que las ventas perdidas les han costado 200 millones de euros a la semana, y autoridades españolas dijeron que podrían exigir compensaciones. La crisis podría costar 70.000 empleos en España, que ya tiene la tasa de desempleo más alta de la UE.
En Bienenbuettel, dos guardias de seguridad uniformados patrullaban detrás de la puerta de vehículos de la granja, situada en un idílico paisaje rural.
Una vecina, Sibylle Lange, dijo que conoce bien a Verbeck y que éste lleva muchos años en la agricultura orgánica.
«Llevan trabajando aquí unos 30 años. Es un producto de alta calidad. He comido todo tipo de verduras de aquí -brotes de soja incluidos- y tienen un sabor delicioso. No puedo imaginar que el origen pueda ser éste. Todo esto nos ha afectado profundamente a todos los vecinos y a nuestros amigos», dijo Lange a Reuters.
La rara variante de E.coli puede adherirse a las paredes intestinales y bombear toxinas desde allí, en ocasiones causando diarrea con sangre y problemas renales. Algunos pacientes han necesitado cuidados intensivos que incluyen diálisis.
(Reporte adicional de Stephanie Nebehay en Ginebra, Charlie Dunmore en Bruselas y Eric Kelsey en Berlín; Escrito por Erik Kirschbaum; Traducido por Redacción de Madrid; Editado en español por Marion Giraldo)