Los datos que maneja la OMS son por demás preocupantes ya que cada año, 15 millones de personas en todo el mundo sufren o padecen un accidente cerebrovascular.
En 2004, el accidente cerebrovascular causó 5,7 millones de muertes en todo el mundo (9,7% de la mortalidad total), mientras que en América latina acarrearon más de 250.000 muertes, pero para 2024 ese número podría triplicarse como resultado del envejecimiento de la población, afirma un reciente informe ¿Cómo reducir los accidentes cerebrovasculares en Latinoamérica? presentado por un grupo de especialistas de toda la región en el marco del III Conferencia Latinoamericana de la Sociedad Internacional de Farmacoeconomía.
«Las enfermedades cardiovasculares se producen principalmente por obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. Y una de las más graves es la Fibrilación Auricular (FA) considerada la arritmia cardíaca sostenida más frecuente, que constituye un alto factor de riesgo de padecer un accidente cerebro vascular o ACV», afirmó Peidró.
Según el experto, en comparación con la población general, las personas con FA tienen un riesgo cinco veces mayor de sufrir un accidente cerebrovascular. La FA es responsable del 20% de los accidentes cerebrovasculares isquémicos (accidentes cerebrovasculares causados por un coágulo que bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro).
El doctor Sebastián Ameriso, jefe de Neurología Vascular de Fleni, aseguró que la FA «es una epidemia que ya está en curso y en franco aumento, ya que al haber más expectativa de vida en la población, aparece un mayor riesgo de padecerla. Un 20 por ciento de las personas de más de 80 años la sufren, por lo que se incrementa más el riesgo de contraer un ACV.
Así, el riesgo de accidente cerebrovascular en pacientes con FA aumenta con la edad y con la adición de otros factores de riesgo (p.ej., hipertensión arterial, accidente cerebrovascular previo y diabetes). Entre los factores que ubican a un paciente con FA en el grupo de mayor riesgo de padecer un accidente cerebrovascular se encuentran: insuficiencia cardíaca congestiva, hipertensión arterial, edad mayor de 75 años, diabetes y accidente cerebrovascular o ataque isquémico transitorio previos.
«Por otra parte, los accidentes cerebrovasculares relacionados con la FA son más graves, provocan mayor discapacidad y tienen una peor evolución que los accidentes cerebrovasculares en pacientes sin la FA», indicó Peidró. En un estudio mexicano, la mortalidad a 30 días luego de un accidente cerebrovascular fue del 22% en pacientes con historia de FA, en comparación con el 13,7% en ausencia de la arritmia.
En América latina hay 3 millones de personas que padecen esta forma de arritmia, pero sólo la mitad lo sabe. Las técnicas actuales sólo pueden prevenir la FA en algunos pacientes. La terapia con anticoagulantes reduce el riesgo de accidente cerebrovascular en pacientes con FA. Cuando se usa en forma adecuada y se monitorea cuidadosamente, reduce el riesgo de accidente cerebrovascular en alrededor de dos tercios.
Jueves 29 de septiembre de 2011 | 01:07
Por Víctor Ingrassia | LA NACION
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