Se define como Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE) a la enfermedad producida por el consumo de arsénico en aguas de bebida. Esta enfermedad se caracteriza por presentar lesiones en la piel y alteraciones sistémicas cancerosas y no cancerosas, luego de un período variable de exposición a concentraciones mayores de 10 ppb en agua de consumo diario (bebida y preparación de alimentos).
Los efectos tóxicos del arsénico afectan a personas de todas las edades, principalmente a aquellas que viven en la pobreza y con desnutrición. De esta manera, se han identificado como grupos susceptibles:
- Niños: son especialmente susceptibles debido a que la dosis de arsénico será, en promedio, mayor que la de los adultos expuestos a concentraciones similares, ya que su ingesta de líquidos y alimentos es relativamente alta en comparación con su peso corporal.
- Mujeres embarazadas y en lactancia: especialmente vulnerables debido a los posibles efectos adversos del arsénico sobre la reproducción y el desarrollo.
- Individuos con estado nutricional deficitario: pueden tener una capacidad disminuida para metabolizar el arsénico.
- Individuos con enfermedades preexistentes (sobre todo renales y hepáticas): que podrían ser más susceptibles a los efectos del arsénico, debido a que estos órganos son responsables de la destoxificación del arsénico en el organismo y son blanco de los efectos deletéreos del elemento.
El consumo de arsénico en dosis bajas y de manera crónica produciría no solo efectos en la salud sino que también se convertiría en un problema social que puede afectar a comunidades enteras.
Las características organolépticas de las aguas arsenicales no son generalmente desagradables, y los efectos tóxicos pueden observarse tardíamente. El comienzo de los síntomas puede ocurrir entre los 5 y 10 años de exposición, y las lesiones malignizarse décadas después.
Estudios recientes han demostrado que la población infantil expuesta a arsénico en agua de bebida durante el período prenatal y posnatal puede tener menor desempeño neurológico que los niños no expuestos.
Se estima que en América Latina, por lo menos cuatro millones de personas beben en forma permanente agua con niveles de arsénico que ponen en riesgo su salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua potable debería tener menos de 0,01 partes por millón (ppm) para considerarla apta para el consumo humano. La cifra es superada en muchos países del mundo incluidos los desarrollados. La contaminación de agua provocada por arsénico constituye un serio problema de salud pública debido al poder cancerígeno y neurotóxico del elemento.
En mayo de 2012 finaliza el plazo máximo de 5 años, fijado en el Código Alimentario Argentino (CAA) en 2007, cuando la legislación nacional decidió adoptar las recomendaciones de la OMS, para reducir a 0,01 miligramos por litro la presencia del arsénico en el agua.
En diciembre de 2011 se hizo un pedido al Ministerio de Planificación Federal de ampliación del plazo, hasta contar con resultados de estudios de hidroarsenicismo y saneamiento básico de la Argentina y presentar los avances ante la Comisión Nacional de Alimentos.
Referencias:
Epidemiología del Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico en la República Argentina
Estudio Colaborativo Multicéntrico
Ministerio de salud de la Nación
Asociación Toxicológica Argentina
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable
Twitter: @temasdeenfermer