El agua de Olavarría tiene poco arsénico, así lo confirmó el ingeniero Luis Mosquera, vicepresidente del Organismo de Control del Agua de Buenos Aires (Ocaba) al analizar la crítica situación de algunos distritos bonaerenses. El agua tiene 0,02 partes de arsénico por millón.
A partir de este año, la Provincia de Buenos Aires, junto a las del resto del país debía adaptarse a los severos parámetros fijados por el Código Alimentario Argentino (CAA) en 2007, cuando la legislación nacional decidió adoptar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En aquel momento se había estipulado un plazo máximo de cinco años que finalizaba en mayo de 2012 para reducir a 0,01 miligramos por litro la presencia del arsénico en el agua, un químico tóxico cuya ingesta prolongada puede derivar en una enfermedad grave denominada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (Hacre).
El Hidro Arsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), en nuestro país fue conocido en sus inicios como “la enfermedad de Bell Ville”, ya que fue en esa ciudad de Córdoba donde mayor cantidad de enfermos se registraron con la patología. El hidroarsenicismo se manifiesta en el cuerpo con hiperqueratosis palmo plantar, caracterizada por callosidades en las manos y pies, que a veces evolucionan a lesiones más profundas y dolorosas pudiendo derivar en cáncer de piel. Además, produce efectos secundarios en el sistema nervioso, irritación de los órganos del aparato gastrointestinal, respiratorio y cardiovascular, afectando el funcionamiento del hígado, vejiga, riñón, músculos y huesos, y generando cáncer. La cantidad de arsénico presente en el cuerpo humano puede determinarse por análisis de muestras de sangre, orina, pelo y uñas.
Buenos Aires, según las cifras más actuales y la opinión de destacados especialistas está lejos de cumplir con la normativa. De acuerdo con los últimos estudios fiables, sólo el 20% del territorio bonaerense tiene aguas subterráneas con niveles de arsénico por debajo de 0,05 mg/l por litro, el límite permitido hasta mayo próximo. De todos modos, se gestionó una ampliación de esos plazos para realizar las adaptaciones correspondientes y poder bajar a los niveles sugeridos a nivel mundial.
En diciembre de 2011 se hizo un pedido al Ministerio de Planificación Federal de ampliación del plazo hasta contar con resultados de estudios de hidroarsenicismo y saneamiento básico de la Argentina y presentar los avances ante la Comisión Nacional de Alimentos, explicó Luis Mosquera.
El arsénico es una sustancia tóxica liberada tanto por ciertas actividades humanas como de forma natural por la corteza terrestre. Las personas pueden verse principalmente expuestas al arsénico a través de los alimentos y el agua, sobre todo en ciertas zonas en las que las aguas subterráneas entran en contacto con minerales que contienen arsénico. Según la OMS, el agua potable debería tener menos de 0,01 partes por millón (ppm) para considerarla apta para el consumo humano. La cifra es superada en muchos países del mundo incluidos los desarrollados. La contaminación de agua provocada por arsénico constituye un serio problema de salud pública debido al poder cancerígeno y neurotóxico del elemento. En la Argentina, aunque existen aguas infectadas por la actividad humana, una parte del agua subterránea de la faja central del territorio nacional contiene naturalmente un alto componente de arsénico.
En el ámbito bonaerense, el Organismo de Control del Agua de Buenos Aires «está trabajando desde el año pasado con la Universidad de La Plata para realizar un informe al menos anual sobre hidroarsenicismo, aunque vamos actualizando el mapa de arsénico con estudios propios», aclaró el ingeniero Mosquera.
De todos modos, aclaró que «el agua de Olavarría es muy buena, desde la calidad, aunque haya otras cuestiones como invertir en más pozos o mejorar las líneas extras de distribución», observó el funcionario.
Eso sí, admitió que «en la zona Espigas, para el lado de Bolívar, el agua no empieza a ser tan buena. En Bolívar está al borde y tiene localidades chiquitas, como Hale, con mucho arsénico; eso también pasa en 25 de Mayo. Hay arsénico en muchos lugares donde hoy hay 0,05 partes por millón. Nosotros tenemos 0,02 ppm. El arsénico en agua no es un problema en Olavarría», diferenció.
¿Si hay soluciones? «Sí, en muchos casos depende de las inversiones y tratamos de avanzar hacia inversiones más económicas para solucionar este tema y por eso nos apoyamos en la Comisión de Investigaciones Científicas bonaerense», indicó el funcionario.
Referentes del Organismo de Control del Agua de Buenos Aires se reunieron con las autoridades de la Comisión de Investigaciones Científicas, en el marco de los trabajos conjuntos que se realizan en busca de una solución al problema del arsénico en la Provincia de Buenos Aires.
Desde la Comisión de Investigaciones se avanzó en una potabilización del agua que permite separar el arsénico del agua de manera eficiente y con un costo reducido, convirtiéndolo en accesible a todas las familias, además de describir en detalle los resultados de la investigación de la planta piloto ubicada en una escuela del Paraje La Viruta en la localidad de Punta Indio. La misma permite liberar de arsénico a aproximadamente 2.000 litros de agua diarios; y en breve se sumarán dos plantas piloto en un establecimiento educativo de Hale, en Bolívar y Carlos Casares.
Se acordó, en el marco de la reunión, seguir intercambiando experiencias basadas en la investigación, buscando soluciones alternativas y viables a la problemática del agua en las pequeñas localidades. Una propuesta que «nos pareció interesante fue el uso de arcilla para eliminar el arsénico, que acá en Olavarría sería atractivo.
La Comisión de Investigaciones comenzó con un yacimiento de arcilla en Tandil y hay que encontrar la arcilla que más hierro tenga, pero a futuro sería una posibilidad local», observó.
El ingeniero Mosquera confirmó que la semana pasada se hacieron mediciones de calidad del agua en Olavarría. Los resultados aún no están disponibles, pero el relevamiento sirvió para medir la salud del agua de red, la de pozo y las cloacas.