En la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) son varios los artículos referidos a la protección especial a niños, niñas y adolescentes, así como a las situaciones de vulnerabilidad y violaciones de derechos que demandan la misma. El artículo 37 de la CDN indica que los países velarán porque “ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes»
El Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de la Agresión se celebra cada año el 4 de junio.
En primera instancia es preciso hacer mención a las situaciones de violencia intrafamiliar.La invisibilidad de este fenómeno tiene como correlato las dificultades existentes para poder avanzar en datos sistematizados, compilados y disponibles para todo el país respecto de mujeres, niños y adolescentes víctimas de violencia, junto a las diferencias para la atención, tratamiento y acceso a la justicia que existen en las distintas provincias. Datos de la Ciudad de Buenos Aires son ilustrativos: el 56% de las distintas formas de violencia contra niños y niñas reportadas es ejercida por
algún miembro de la familia con la que el niño convive, y en su mayor parte, se trata de violencia física (63%) y maltrato emocional como violencia secundaria (78%) (Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2006).
Es importante resaltar que la mayor parte de las provincias cuentan con leyes especiales contra la violencia familiar, aunque la implementación de sus mecanismos aún está en proceso. En este punto, es muy importante resaltar la iniciativa de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación avanzará en el desafío de conciliar en la práctica la letra de las normas para la protección de las víctimas y su implementación efectiva.
Según un informe de Nils Kastberg, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, cada hora de cada día 228 niños y principalmente niñas son explotados sexualmente en América Latina y el Caribe. La información recopilada de distintos países de la región de América Latina y el Caribe muestra que entre el 70% y el 80% de las víctimas de abuso sexual son niñas, que en la mitad de los casos los agresores viven con las víctimas y en tres cuartas partes son familiares directos. Cuando el abusador tiene las llaves de casa, la sociedad no puede permanecer indiferente.
Las familias constituyen el primer entorno de defensa contra la violencia y el abuso, para ello es necesario otorgarles las herramientas necesarias para proteger a sus hijos. Son muchas las madres que aún ante la certeza de un abuso perpetrado por sus propios maridos, deciden callar ante la imposibilidad de sostener el hogar en caso de denunciarlo. La ayuda financiera para las victimas debe establecerse como prioridad para los países que quieren trabajar seriamente para erradicar esta problemática.
Fuentes