La esclavitud no es un asunto del pasado, en la actualidad se presenta de formas diferentes. La trata de personas, el trabajo infantil, el reclutamiento forzoso de niños para la guerra y la servidumbre por deudas son algunos de los ejemplos que presenta la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La esclavitud moderna es un gran negocio. Un estudio de la OIT estima que genera ganancias anuales mayores a los 150.000 millones de dólares, lo cual equivale a la suma de las ganancias de las cuatro empresas más rentables del mundo.
El Protocolo sobre el Trabajo Forzoso es un instrumento jurídico que requiere que los gobiernos adopten medidas para luchar contra la esclavitud moderna en todas sus formas. Y actúa en tres niveles: prevención, protección e indemnización.
De acuerdo con la OIT, más de 21 millones de mujeres, hombres y niños viven en condiciones de esclavitud, es decir, 3 de cada 1.000 personas en el mundo. Estas cifras demuestran que en la actualidad hay más personas en situación de esclavitud que en cualquier otro período de la historia.
La mayoría de las personas víctimas de esclavitud trabajan en industrias como la agricultura, la pesca, la construcción, la manufactura, la minería, los servicios y el trabajo doméstico, y una de cada cinco es víctima de explotación sexual.
Un informe de la OIT y otras organizaciones se aproxima a un flagelo que sigue en pleno siglo XXI
Aunque la esclavitud se abolió en el siglo XIX, sigue desfigurando el mundo. En lo que llevamos del XXI se han hecho infinidad de descubrimientos y logrado avances científicos significativos, pero no se han extirpado los modos de esclavitud moderna.
Más de 40 millones de personas en el mundo viven hoy bajo la feroz dictadura de la esclavitud moderna. Son degradadas, sometidas, maltratadas e irrespetadas en todos sus derechos, según el más reciente informe mundial sobre esclavitud.
En el siglo de la tecnología y las comunicaciones a distancia, “hombres, mujeres y niños son víctimas de la esclavitud moderna”, que se identifica con el trabajo forzado, de servidumbre, la explotación sexual, la trata de personas y en otros infames métodos de comercio y explotación humana.
Se estima que de los más de 40 millones de esclavizados, unos 24,9 millones de personas están en trabajos forzados, 15,4 millones viven en un matrimonio forzado y que las mujeres y las niñas representan el 71 % de las víctimas de este mercado de la infamia, que produce más dinero que el tráfico de drogas o de armas, según cálculos no oficiales.
La Fundación Walk Free, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que hicieron las estimativas globales de la esclavitud moderna, llegaron a la conclusión de que este es un delito que afecta actualmente a todo el mundo, incluso a las naciones más desarrolladas. África, Asia y el Pacifico figuran hoy a la cabeza de la esclavitud moderna, según el informe.
Medir la esclavitud moderna es una tarea difícil, sobre todo porque ninguna fuente única proporciona datos adecuados y confiables sobre todas sus formas de existencia, aseguran los expertos.
Al desarrollar las estimaciones globales, la Fundación Walk Free y la OIT adoptaron una metodología que combinaba la investigación de encuestas que involucraron entrevistas cara a cara con más de 71.000 personas en 53 idiomas locales con datos administrativos sobre víctimas de trata que habían sido asistidas por la OIM.
Todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas. Los traficantes todavía siguen amenazando principalmente a mujeres y niñas
Una estimación del trabajo forzoso impuesta por las autoridades estatales se obtuvo de fuentes validadas y de una revisión sistemática de los comentarios de los órganos de control de la OIT con respecto a los Convenios de la organización sobre trabajo forzoso, según el informe.
Pero, aunque a nivel regional existe una gran confianza sobre los datos obtenidos, hay dudas sobre los recolectados en los estados árabes, por ejemplo, pues presentan lagunas realmente sustanciales en los datos disponibles. Tampoco se cubren todas las formas de esclavitud moderna como el tráfico de órganos, los de niños soldados o el matrimonio infantil, que podría constituir matrimonio forzado, que no se pudo medir adecuadamente.
Fuente – GLORIA HELENA REY. 27 de junio 2020, 10:47 P. M.