En el marco del Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal (noviembre 12, 2021)
Muchos países están avanzando hacia la cobertura sanitaria universal, si bien en todas partes la pandemia de COVID-19 ha afectado a la disponibilidad de la capacidad de los sistemas de salud para prestar servicios de salud de manera ininterrumpida. A pesar de los problemas provocados por la pandemia de COVID-19, todos los países pueden tomar medidas para avanzar más rápidamente hacia la cobertura sanitaria universal o para mantener sus logros. En los países en que los servicios de salud son generalmente accesibles y asequibles, los gobiernos tienen cada vez más dificultades para responder a las crecientes necesidades en materia de salud de su población y al aumento de los costos de los servicios de salud.
Para avanzar hacia la cobertura sanitaria universal es preciso fortalecer los sistemas de salud en todos los países. También es esencial contar con estructuras de financiación sólidas. Si la población tiene que pagar la mayoría de los gastos de salud de su propio bolsillo, los pobres serán incapaces de obtener muchos de los servicios que necesitan, e incluso los ricos se verán expuestos a dificultades económicas en caso de enfermedad grave o prolongada. El acopio de fondos procedentes de fuentes de financiación obligatorias (como los ingresos tributarios del Estado) permite repartir los riesgos financieros relacionados con la enfermedad entre la población.
La mejora de la cobertura de los servicios de salud y de los resultados de salud depende de la disponibilidad, accesibilidad y capacidad de los trabajadores sanitarios y asistenciales de proporcionar una atención integrada de calidad centrada en las personas. La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto de forma dramática la inestimable labor del personal sanitario y asistencial y la importancia de ampliar las inversiones en ese ámbito. Para satisfacer las necesidades del personal sanitario y cumplir los ODS y sus metas relacionadas con la cobertura sanitaria universal, se necesitarán más de 18 millones de trabajadores de la salud de aquí a 2030. Las diferencias entre la oferta y la demanda de este personal se concentran en los países de ingresos bajos y medianos-bajos. Se prevé que la creciente demanda de trabajadores de la salud creará 40 millones de puestos de trabajo en este sector de aquí a 2030. Se necesita invertir en los sectores público y privado para formar a esos trabajadores y para crear y cubrir puestos de trabajo remunerados en el sector y la economía de la salud. La pandemia de COVID-19, que inicialmente afectó de forma desproporcionada al personal sanitario, ha puesto de manifiesto la necesidad de proteger a los profesionales de la salud y del ámbito asistencial, de dar prioridad a la inversión en su formación y empleo, y de promover alianzas destinadas a ofrecerles unas condiciones de trabajo dignas.
La implantación de la cobertura sanitaria universal requiere distintos enfoques. Es fundamental adoptar el enfoque de la atención primaria de salud y enfoques que abarquen la totalidad del ciclo vital. El enfoque de la atención primaria de salud se centra en la organización y el fortalecimiento de los sistemas de salud a fin de que la población pueda acceder a servicios que favorezcan su salud y bienestar en función de sus necesidades y preferencias, lo antes posible y en su entorno cotidiano.
La OMS utiliza 16 servicios de salud esenciales como indicadores del nivel y la equidad de la cobertura en los países, que agrupa en cuatro categorías, a saber:
Salud reproductiva, de la madre, el recién nacido y el niño:
- planificación familiar;
- atención durante el embarazo y el parto;
- inmunización infantil completa;
- comportamiento de búsqueda de atención de salud en caso de neumonía.
Enfermedades infecciosas:
- tratamiento de la tuberculosis;
- tratamiento de la infección por el VIH con antirretrovíricos;
- uso de los mosquiteros tratados con insecticida para la prevención del paludismo;
- saneamiento adecuado.
Enfermedades no transmisibles:
- prevención y tratamiento de la hipertensión arterial;
- prevención y tratamiento de la hiperglucemia;
- detección del cáncer cervicouterino;
- (no) consumo de tabaco.
Servicios: capacidad y acceso:
- acceso a servicios hospitalarios básicos;
- densidad de personal de salud;
- acceso a los medicamentos esenciales;
- seguridad sanitaria: cumplimiento del Reglamento Sanitario Internacional.
Como cada país es único, cada uno puede centrar su labor en diferentes esferas o concebir sus propios medios para evaluar los progresos realizados en la consecución de la cobertura sanitaria universal. Sin embargo, cabe considerar también la utilidad de un enfoque mundial que se base en medidas normalizadas y reconocidas internacionalmente que faciliten la comparación entre los países a lo largo del tiempo.
Fuente Informe del 1 de abril de 2021